martes, 12 de mayo de 2009

Lección No. 1: REGAR DEMASIADO ES FATAL

Ahora la parte triste, pues no todo es éxito en este mundo verde. Tuve varias experiencias desalentadoras con las plantas que quiero compartir por si a alguno le sirven. En general mato por exceso de riego; todo por culpa de aquel recuerdo fantasioso de la adolescencia de haber sido obligada a regar plantas todos los días. REGAR DEMASIADO ES FATAL.

Transplantando el cactus glorioso (así lo llamó Guido, que es biólogo y sabe de ésto) se le cayó un hijito, redondito y lozano. Le puse casa en una maceta propia y venía contento pero la tierra parecía muy seca. Con dos riegos en una sola semana, vean cómo quedó el pobre! ¿Y la bella euforbia de los pinches rojos? Lo mismo (esa semana estuve fatal). Puse las dos en un rincón fuera de mi vista y espero que algún día se recuperen.


Así quedadon las dos pobres víctimas de mis
cuidados obsesivos:














Lección No. 1: a la mayoría de las plantas, en la mayor parte del año, no hay que regarlas todos los días. Lo mejor es asesorarse.


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