
Esta entrada es para homenajear la especie Aloe. Además de sus bondades curativas, que a esta altura ya todos conocemos, el aloe tiene otra característica muy destacable: su resiliencia.
Tuve en mi casa de Los Angeles un aloe que estuvo desenterrado y con las raíces expuestas, abandonado a su suerte, durante más de un año. No se secó. Perdió un poco de su lozanía pero en cuanto lo volví a plantar volvió a engordar y tomar color, a desarrollarse y dar hermosas flores, loco de alegría.
No tengo fotos de esa maravillosa planta, pero la señora del Succulent Obsession tiene algo que se le asemeja, así que, con su permiso.
No dejes de escribir en tu blog, es precioso.
ResponderEliminarsabes que hace más de dos años y medio, podé unos malvones, me daba pena tirar los tallos que habia cortado, y los dejé en un camioncito de plastico de mi hijo, algunos fui cortando y plantando en otras macetas, pero muchos quedaron ahi, a la espera de tiempo para seguir buscandoles lugar
ResponderEliminarlos agarró el frio, el calor terrible de los veranos, y sin embargo, siguen ahi en la terraza, y algunos, aunque no lo puedo creer, siguen brotandole hojitas y hasta han florecido ahi mismo!solo que parecen miniatura, son preciosos
la naturaleza nunca deja de sorprendernos :)
y coincido con sandy, ojalá vuelvas a publicar, tu blog es hermoso
saludos!